Pequeña historia de la locura

Ojalá fuéramos ciegos
para mirarte
y no sonreír como bobos.

Ojalá se cayese la luna,
robársela a los lobos
y regalársela
a la única estrella
que un día
se fundió con ella.

Ojalá todo esto
no fuera una locura.

Ojalá fuera manco
para no recordar qué se siente
cuando se baja del cielo
a su cintura.

Ojalá fuese mudo
para no contarle a los sueños
el sabor de la amargura.

Ojalá todo esto
no fuera una locura.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Fenómeno Podemos, colapso de la política y regresión infinita.

¿Y qué más?

MDJ - Vuela, pero despacito